Hacía poco que tracé esta ruta por las cercanías de Sevilla, más concretamente por el Aljarafe. Salimos desde Camas para llegar al cerro del Carambolo donde nada testimonia que aquí se encontraron los restos más importantes de la cultura tartésica, ni siquiera un cartel explicativo aunque el emplazamiento ya es lo suficientemente revelador para darnos a entender que los sevillanos del siglo VII antes de Cristo eligieran este lugar para levantar un templo a la diosa Astarté. Un salto en el tiempo nos llevó a través de esos caminos hasta el 2500 a.C.. Los dólmenes de Valencina son unos importantísimos testimonios del calcolítico y del megalitismo adscrito a la fachada atlántica. Tuvimos la suerte de entrar al más grande, el de la Pastora, cuyo corredor de más de 50 metros nos lleva a una pequeña cámara cubierta por una cúpula construida por aproximación de hiladas. La vuelta la hicimos por los cerros que hay sobre Santiponce, gozando de unas panorámicas muy bellas.
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