miércoles, 9 de diciembre de 2009

Diciembre de 2009 - SIERRA DE SEGURA

5/12/2009 Segura la Vieja (ida por arroyo de los Corazones y vuelta por fuente la Tejaílla)

El primer día de nuestra estancia en estas sierras del noreste jienense hicimos una ruta circular que partía de Segura de la Sierra, el pueblo donde nos alojamos. Una localidad cargada de historia que da nombre al macizo y a ese río que nace andaluz y discurre en su mayor parte por tierras de Murcia. Un pequeño pueblo cuajado de monumentos y bellos rincones enclavado en un lugar privilegiado desde donde se domina el fértil valle y desde donde casi se tutea a las montañas que lo circundan, entre las que destaca majestuoso “el Yelmo”. Cruzamos el arroyo de los Corazones y pasamos por encima de la pintoresca aldea de Moralejos, para llegar a Segura la vieja, una meseta sobre unos respetables cortados donde estuvo la antigua localidad (lugar de posible origen íbero que estuvo poblado hasta el siglo XII, si bien se fue quedando despoblado a raíz de la construcción del actual castillo allá por el siglo VII). Bajamos y continuamos nuestra ruta por una zona sombría con mucha humedad donde la vegetación se cierra. Pasamos por la fuente de la Tejaílla, con su abrevadero y antiguo tornajo y llegamos a Segura por el sendero que llega a la piscina municipal. Decidimos acabar nuestro primer día en el inexpugnable castillo, en cuyo centro de interpretación nos documentamos sobre buena parte de los datos que aquí contamos. Un total de unos 15 km que nos prepararon las piernas para lo que habría de llegar después. (ver en Wikiloc).

6/12/2009 Desde las Huelgas de Utrera a la Toba, por cueva del Agua, Poyotello, Piedra Dionisia y cuesta de Despiernacaballos.

Este fue el día elegido para la ruta más dura, pues la longitud (19 km), el desnivel y la falta de sendero en la parte donde la media montaña se ofrece brava, hacía de ésta la “etapa reina” de nuestro periplo por la sierra de Segura. Ante ello una parte del grupo decidió como alternativa visitar el nacimiento del río Mundo, ya en la provincia de Albacete. Los días son cortos en diciembre, así que después de un buen madrugón y de una hora de coche salimos desde la aldea de las Huelgas de Utrera a eso de las 9:30 horas (tuvimos que dejar vehículos en el punto de llegada). El sendero asciende por el curso del río Segura por un cañón de una extraordinaria belleza hasta llegar a la cueva del Agua. Desde aquí continuamos en dura ascensión hasta la aldea de Poyotello, un lugar situado a más de 1400 metros de altitud donde hay 12 vecinos censados, de los cuales quedan 8 en invierno. A partir de aquí deberíamos estar atentos al GPS pues no había ningún sendero, aunque la verdad es que el camino resultó cómodo hasta piedra Dionisia, el punto más alto del cordal que jalona la margen derecha del Segura por esta zona tan próxima a su nacimiento. Desde aquí se divisan unas impresionantes panorámicas, aunque no es muy recomendable asomarse para aquellos que tengan vértigo porque las paredes verticales son de varios cientos de metros. El Yelmo es la cumbre omnipresente en todo el recorrido, aunque también divisamos otras algo más lejanas como es el caso de la Sagra. A partir de este momento la montaña se muestra más agreste, pues las dolinas se suceden. Gracias al trazado de AntonioGPS, al que le damos las gracias por compartir tan hermosa ruta, atravesamos esta zona sin muchos apuros, de modo que pronto conseguimos llegar hasta una caseta contraincendios situada en un impresionante tajo sobre este valle desde donde se divisaba el embalse de Anchuricas. Enfrente, el puntal de la Misa o de los Cobos. Hechas las fotos de rigor y tras un breve descanso continuamos bajando hacia el carril que se descuelga hasta la Toba, es el llamado Despiernacaballos, pero antes tendríamos que atravesar un pequeño barranco que supuso un último esfuerzo. En una zona soleada, ya en el carril, decidimos reponer fuerzas con un “suculento” bocata acompañado de un trago de vino. La bajada se adivinaba dura, un desnivel cercano a los 600 metros en apenas 7 km por un carril en buen estado que “serpenteaba” y salvaba sorprendentemente el atroz desnivel desde tan imposible atalaya. Llenos de satisfacción por los momentos compartidos y con la memoria cargada de bellísimas estampas llegamos a la pintoresca aldea de la Toba poco antes de las cinco de la tarde. (Ver en Wikiloc).
7/12/2009 Subida al Yelmo.
El Yelmo es una de esas montañas míticas, no por la dificultad en su ascensión, sino por su belleza y majestuosidad, de manera que resultaba obligado llegar hasta su cumbre una vez que nos encontrábamos en estas tierras. Y la verdad es que nada nos decepcionó pues disfrutamos de un grandioso espectáculo. El que esta ruta tuviera apenas 8 km no debía de confundirnos, pues teníamos que superar un desnivel de 400 metros, así que con el respeto que el Yelmo se merece y con el paso firme iniciamos esta ascensión a eso de las 10 de la mañana. Aunque un camino asfaltado llega hasta la cumbre, hemos de tener en cuenta que esta montaña es un santuario para los amantes de los deportes aéreos, existe también una vereda para los que nos gusta ir pegados al suelo. Camino que serpentea por ese largo espinazo que se convierte en cresta aún a falta de cientos de metros para llegar a la cumbre. Una vez arriba comienza el espectáculo. Al norte: Segura, Orcera, La Puerta, Siles y decenas de aldeas diseminadas por este impresionante macizo se prolongan hasta el límite con las sierras de Alcaraz, patria chica del genial arquitecto Vandelvira y cabeza de esta comarca donde se encuentran míticas montañas como el calar del Mundo o el calar de la Sima y que no por encontrarse en La Mancha desmerecen, pues vienen a ser una prolongación de estas cordilleras. Al este: otras estribaciones de las vecinas provincias de Albacete y Murcia y algo más al sur emerge majestuosa la bellísima Sagra. El oeste estaba tapado por un mar de nubes, pero éstas nos permitieron grabar en nuestra retina el hermoso paisaje que se extiende hacia el sur: Cortijos Nuevos y Hornos, antesala del embalse del Tranco, están a nuestros pies y si levantamos la vista, el valle por el que discurre en dirección contraria este río nuestro que desemboca en el sur, es el padre de los andaluces, el Guadalquivir aún en el seno de las montañas que lo paren a punto de salir de éstas y tomar otro rumbo para regar las campiñas de olivos y cereales hasta llegar a las tierras de la baja Andalucía donde se hace navegable y se confunde con las aguas del Atlántico. Más allá otras montañas de evocador nombre y de agradable recuerdo, Mágina se eleva orgullosa con sus casi 2200 metros sobre las crestas de la sierra de las Villas y más al sur descollan las blancas cumbres de sierra Nevada. Al oeste de Mágina apreciamos sobre las nubes las cumbres de la subbética cordobesa con el inconfundible perfil de su principal elevación, la Tiñosa. Ante tamaño espectáculo nos costó trabajo decir adiós, pero aún nos quedaba la bajada y para después teníamos la intención de comer en la localidad de Hornos. Llegamos pasado el medio día y subimos a los coches para tomar la carretera en dirección a este bello pueblo. (Ver en Wikiloc).
8/12/2009 Subida al Navalperal desde las Acebeas.
Un frente que había entrado durante la tarde del día anterior nos hizo albergar dudas sobre la posibilidad de realizar esta última ruta, pero llegada la mañana, aunque nublada, nada hacía presagiar una lluvia que nos hiciera desistir. Y mereció la pena, ya lo creo. Parecía difícil mantener el nivel de días anteriores, pero la rareza de un bosque con especies propias de otras latitudes como el acebo o los avellanos hacía muy atractivo el camino e inundaba de belleza el valle de las Acebeas aquella mañana. Paz y sosiego durante el primer kilómetro de esta ruta observando este mágico bosque que pronto, con la ascensión de las primeras rampas, se convirtió en expectación ante los cambios en el paisaje con esas luces cambiantes propias de los días nublados en los que el sol se cuela por los primeros claros. Quejigos centenarios y pinos retorcidos por la fuerza de los temporales se suceden por la pendiente que cada vez se hace más dura. Arriba, una cumbre que a modo de gran meseta se eleva a más de 1600 metros nos hacía tener la sensación de estar sobre la cubierta de un enorme barco. A nuestros pies se abría el valle de los Moralejos y enfrente, sobre éste, Segura la Vieja. Difícil se hace describir estos parajes sin repetirnos, así que dejamos las imágenes para que los que tuvimos la suerte de estar allí recordemos lo vivido y los que no, que al menos puedan conocer este lugar y aunque las fotos nunca pueden compararse con la realidad, estamos seguros de que sabrán apreciar el esfuerzo y la deferencia de quienes las tomaron, pues si algo caracteriza al buen montañero es su afán por compartir los momentos y experiencias vividas. (Ver en Wikiloc).